lunes, 18 de febrero de 2008

Tarde en el muelle

Tarde en el muelle
Érase una vez dos policías que andaban por la calle del murmullo más o menos en el número cien.
Suena el walkie-talkie:
- Hola, soy el superintendente. Vengan al cuartel general inmediatamente.
- O.K.
- Mortadelo,(que era uno de los policías) venga. Ha llamado el súper diciendo que vayamos inmediatamente a su despacho-.
- Jefe, hoy toca la entrada secreta submarina que está al lado del muelle.
Y se fueron andando hacia el muelle. Cuando llegaron, había un león marino con mucho cabello y muy, muy grande.
Bucearon y se libraron de él, entraron sin dificultades. El súper les dijo que tenían que ir a buscar a “El Colilla”, que había atracado 27 tiendas, 48 estancos, y muchas tiendas de la ONCE que se encontraba en Asia exactamente en Pekín, de China, se llamaba así porque fumaba mucho y, todo el día.
Ya en Pekín, buscaron por la calle Amosakwya y por allí ya estaba todo destartalado. Les dijeron que ya se había ido por la calle de la derecha, llamada Komyshiwa, también se había ido de allí cinco minutos antes. Ya en la calle que estaba, lo pillaron con las manos en la masa, en un estanco, y fumando, como siempre.
Se lo llevaron al “súper” y les dio una medalla en su honor.





Francisco López

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